Después de un tiempo de lío con la navidad, viajes, familia y demás compromisos propios de estas fechas del año, me siento de nuevo a escribir y contaros las dos últimas exposiciones de Cristóbal a las que le he podido acompañar y que también nos han tenido un poco liados.
En realidad se ha juntado, casi al mismo tiempo con cuatro exposiciones en el último mes y medio, algo que aunque es poco habitual, nos da muchísima alegría en los tiempos que corren. Estas cosas son así muchas veces, lo mismo le viene todo a la vez, que está un par de meses de lo más tranquilo.
Estas dos últimas, junto a las otras dos, cayeron concretamente en este orden; Granada (individual), El Escorial (colectiva), Madrid (colectiva) y Lleida ( individual).
Yo os voy a contar las de Madrid y Lleida, las dos a las que he asistido. A la de Granada, me fue imposible por trabajo y a la del Escorial, Cristóbal no pudo ir de ninguna de las maneras.
El día nueve, inauguró en Madrid la colectiva "5 MAESTROS" en la galería de arte "Herraiz" con diez cuadros. Después de casi cuatro años sin exponer en la capital, este sería su debut en esta prestigiosa galería de arte y junto a cuatro artistas de élite; Carlos Cobian, Ana Perpinya, Javier Sagarzazu e Ignacio Trelis.
Nos juntamos en Madrid con un montón de amigos y conocidos, su hermana Mariangeles, guapísima y simpatiquísima como siempre, no faltó al evento. Cristóbal tiene dos hermanas encantadoras, aunque la pequeña "María", no pudo asistir. También vino su gran amigo del colegio Francisco Manzorro, buen amigo y que además le adquirió obra. Francisco, malagueño de pro, vive allí en Madrid por motivos laborales, junto a su mujer y sus tres preciosas hijas. También coincidió que se encontraba en Madrid su amigo de toda la vida, Daniel García ( Dani gasolina para los amigos, jeje ), al que adora y al que le tengo mucho cariño, aunque no conozco a nadie que no se lo tenga. Estaba en Madrid por trabajo y alargó su vuelta a Málaga para poder asistir a la inauguración. Muchas gracias Dani. Y, por último, su amigo y paisano, Antonio Javier Trujillo, periodista "perote" afincado en Madrid y buenísima gente.
También nos acompañaron Georigna y Javier junto a su guapa novia Italiana, una niña monísima y completísima, a la que no conocíamos aún. Nos encantó la nueva incorporación a esta familia, muy queridos por la familia de Cristóbal y grandes amigos de toda la vida. No fallan nunca a ninguna exposición que se hace allí.
Un apoyo para una noche así, que Cristóbal nunca hubiera imaginado tan lejos de su querida Málaga.
Pasamos una agradable velada, muy agusto. Inauguramos con muchísima gente y después de que Cristóbal atendiera todo lo que tuvo que atender por trabajo, nos tomamos unas cervezas para celebrarlo en un bar que me encantó justo enfrente de la galería, en la calle Don Ramón de la Cruz, del que no recuerdo el nombre, pero un lugar de moda y con mucho ambiente. Del nombre que sí me acuerdo es de un sitio que estuvimos antes picando algo y llamado "Jurucha" en calle Ayala. Dicen de allí, que tienen la mejor tortilla de patata de Madrid, y la verdad que estaba buenísima, por cierto y como anécdota, sobre todo para mi que soy Murciana y no estoy acostumbrada a ver famosos, vimos en este bar al padre de Leticia Ortiz que digo yo que estaría allí tomando algo, pero enseguida se marchó.
Al día siguiente, salimos sin prisa pero sin pausa hacia Lleida, a unas cuatro horas más o menos de Madrid. Esa noche, el día 10, inaugurábamos allí la exposición individual "TRANSICIONES".
Llegamos muy bien, casi sin tráfico y como paramos a comer, se nos hizo aún más corto.
Nos recibió nuestro amigo Robert Martí en su preciosa casa de Lleida. Nos acogió con todo tipo de detalles, como si de un gran hotel se tratara.
Robert es un gran amigo de Cristóbal, gran pintor, docente y padre de una niña preciosa. Padrazo, mejor dicho. Muchísimas gracias a ti también, Robert.
Descansamos un poco y nos fuimos para la "Galería Terraferma", un enorme espacio expositivo y bien iluminado, con unos galeristas diez, que tenían los treinta y tres cuadros listos para la campanada de salida.
En estas galerias del Grupo Escolá, me llama especialmente la atención que en sus inauguraciones siempre hay muchiísima gente (ya habíamos expuesto con ellos en Zaragoza y Barcelona). El grupo de galerías de arte lleva varias décadas en funcionamiento y eso les ha consolidado como galerías así como el número de clientes. El día de la inauguración se sortea un cuadro pequeño del artista que expone, entre los asistentes. Los socios de una galería, para quien no sepa muy bien como funciona, dan una cuota mensual, supongo que mínima o voluntaria, que se va acumulando y que algún día, cuando ven un cuadro que les gusta, lo invierten en él.
Me parece una gran idea para los amantes del arte y no lo había visto en ningún sitio, aunque Cristóbal dice que si es muy común.
Nos lo pasamos muy bien en la inauguración y luego en la cervecita, ya clásica, de después del acto.
Fue una cena llena de risas y carcajadas con nuestros amigos Robert y Joan Carles Sullá, pintor también a quien no tenía el gusto de conocer y con el que me reí muchísimo. Las bromas surrealistas de un camarero muy peculiar junto a los comensales que nos rodeaban, pusieron la guinda de la noche. Cenamos en un sitio maravillosamente bien y estuvimos bastante entretenidos y divertidos con algunos personajes de allí, en "Casa Jose, por cierto y para quien quiera comer bien en esta bonita ciudad.
Cayeron muy cerca del calendario una exposición de la otra, pero conseguimos inaugurar muy bien arropados y con todo en orden. Contentos por la acogida y por el trabajo realizado tanto de los galeristas como de las obras, nos despedimos hasta la próxima que será muy en breve en Tarragona, si Dios quiere.
Pues eso.
Feliz semana!