Pero el tema despedida, es algo que nunca me ha gustado. No lo puedo evitar.
Me parece, casi humillante, las cosas que he visto en algunas despedidas por ahí. No me gusta nada, lo paso mal y me caen mal.
Oye, que a quien le guste que le pongan en la cabeza todo tipo de utensilios, o que un machote casi desnudo la saque a bailar rozándola entera con todas las amigas aplaudiendo cual si el mundo se acabara, a quien le guste ir por la calle con todas sus amigas vestidas iguales, o tirarse de un paracaídas, me parece genial que lo haga.Faltaría más.
En el caso de la mía, me apetece contarlo y compartirlo, porque yo les pedí a mis amigas que me organizaran una comida o cena con todas y que el gran regalo para mi iba a ser que vinieran todas, ya que por el ritmo de vida que llevamos, cada vez nos vemos menos. Era lo que más me apetecía.
Les pedía que respetaran mi forma de ser, ya que si me hacían algo que no me gustaba, probablemente todas nos íbamos a sentir mal. Ellas por el desprecio a una organización hecha con todo el cariño del mundo y yo por tener que decir que no. No me apetecía decir que no a nada que ellas me organizaran.
Efectivamente me respetaron y de qué manera. Tuve la despedida más acorde a mi que jamás habría imaginado. Disfruté como una enana y nunca lo olvidaré.
Me llevaron a un sitio que me encanta, al que yo había ido alguna vez a tomar una cerveza. Un sitio que está en las cuatro esquinas en Murcia y que se llama Vox Populi. Os lo recomiendo.
Es a base de pinchos muy modernos y con una decoración muy moderna también y acogedora. Está en el mismo centro y muy cerca de todos los sitios de fiesta. Aquí está muy de moda, desde hace varios años, la fiesta durante el día. Aperitivo, comida, copas y si se tercia, cena.
Mis amigas habían formado un grupo de guasap para la organización y me avisaron de la despedida un día antes. Me regalaban un peinado en mi peluquería para estar lista para el evento y al día siguiente tenía que estar preparada, a la hora que me indicaban.
Un mes antes de la boda, el día 9 de febrero, pasaron mis tres hermanas a por mi por mi casa y me llevaron al sitio, por supuesto, totalmente sorpresa.
La llegada fue muy emocionante con todas allí esperándome con aplauso, con nervios, puuuffff, muy bonito la verdad.
Me prepararon un juego en el que habían muchas tarjetas y cada una de ellas contenía una pregunta sobre alguna de mis amigas, sobre algo que habíamos vivido las dos juntas. Al adivinarla y recordar todo tipo de anécdotas, me echaba una foto con ella en un fotocol que me habían preparado. De esa manera, iba a haber fotos con todas y disfrutábamos todas colocándonos un montón de cosas que habían comprado para disfrazarnos. Muy divertido.
Luego me hicieron muchos regalos, una tarta con un motivo del sitio donde veraneo con todas mis amigas, mi querida Torre de la horadada y una paleta de pintura preciosa. Un libro de Ana Milán, que me encanta y un libro con muchas fotos. Cada página contenía fotos con cada una de ellas que hizo mi amiga Alicia y que luego todas me dedicaron con unas palabras llenas de cariño. Muy currado. Un conjunto de ropa interior, otra tarta de gominolas...en fin, muchas sorpresas que me tuvieron todo el día con la sonrisa de oreja a oreja.
Pasamos un día magnifico todas juntas, toda la tarde tomando copas y acabamos cenando en la calle de Pérez casas, una calle de moda en Murcia.
Fue mi despedida ideal. Sin necesitad de espectáculos ni de ser quien no soy, ni cosas comprometidas, solo disfrutando al máximo, que al final, es de lo que se trata.
Confieso, que era algo que me tenía un poco nerviosa, que me la había imaginado de muchas maneras y que la realidad, una vez más, superó a la imaginación.
Fue perfecta y, junto a la que tuvimos ayer de mi gran amiga Ani, que se casa el próximo mes julio, he de decir, que han sido de las mejores que he disfrutado nunca.
Muchas gracias una vez más chicas y un beso grande. Brindo por vosotras. Os quiero.
Yo también a ti!
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